
Una vez pasado el huracán ARCO, todos los inversionistas y coleccionistas que han calmado su sed depositando su economía en obras consolidadas, sigo quedandome con la misma sensación todos los años...
Mientras en el siglo pasado estaban pasando tantas cosas artisticamente debido a su contexto historico, a las apuestas contemporáneas del momento, a estas alturas del nuevo siglo pienso quién será el nuevo Picasso...?
Sin duda he podido ver muy buenas y nuevas aportaciones, tal vez me intrigue demasiado la influencia política y económica que gira en torno a este mundillo, en el cual nos vemos cada dia mas involucrados en pasiones y obligaciones.
El arte sin duda, no es nuca un proceso fundamentalmente democrático ya lo miremos desde el punto de vista del espectador, ya del arte en si mismo. no es lo mismo mirar que ver, y desde luego no es lo mismo invertir por conservacion del patrimonio que por prestigio social... En fin...
Desde un humilde punto de vista, y de hecho muy lejano aún de este tipo de inversiones puedo decir que lo que nos mueve a valorar nuestros pequeños tesoros a los cuales consideramos como obras de calidad, vienen determinados por un estudio del arte, el cual definiendo en términos generales se encuentra en un equilibrio inestable entre el conocimiento de técnicas, de contexto social( de donde venimos, quienes somos, a donde vamos,..), de valoracion de la creatividad y como no, de la intuición.
Si de algo me he podido dar cuenta en este tiempo, es que los artistas visuales reaccionan con una lealtad a prueba de bomba cuando su obra genera una empatía mutua. Lo cual implica un aire excepcionalmente positivo para su puesta en escena y para recibirles a ustedes como espectadores a que respiren un ambiente verdaderamente creativo que no se debería ingnorar.
La única esperanza, tanto para los artistas como para su público, es una ruptura innovadora, valiente, en la educación artística del público. Gracias por despertar. Atentamente, CERILLA.
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